Noche, barrunto de tormenta, aislado… Las horas son esas anclas al dolor que no cesa, son esos rompimientos del mar contra las rocas…
En tanta tormenta, en tanta soledad, la música se hace olas, se hace barco, se hace manos llenas de ternura, se hace ojos de niño, se hace voz-alma con que dejarse llevar, dejarse arrancar esta tormenta, este dolor, esta pena… Son sus suspiros, esta noche más, melodías por medio de las cuales retrato de nuevo tu nariz de payaso, tu sonrisa pintada, tus pantalones holgados y tus zapatones blancos, muy blancos… 
Son sirenas, son olas en movimiento, son esos latidos, esas armonías por medio de las que laten ahora estas palabras.
Espero que esa nariz de payaso con el tiempo arranque una sonrisa nostalgica pero carente de dolor, que este se mitige y que algún día sin necesidad de musica ni imagenes te sorprensas riendote de un recuerdo bonito que guardó tu cerebro y quedó archivado en tu corazón.
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