El piano sonríe, trémulo, evoca, sugiere... mientras el violín inicia su danza enamorada, nostálgica, se nos viste de tristeza, de doncella enamorada, de sollozo ininterrumpido, de esa lluvia que nos abraza, que besa nuestros ojos húmedos, que nos abraza tierna, que expresa esta canción de Budda Bar, Secret Love, donde tú y yo nos miramos nuevamente, nos desnudamos de nuevo en los ojos del otro...
Hoy es el sonido de la lluvia, es el sonido de la arboleda, es el sonido de los pájaros jugando a añorarse, a echarse de menos, a conjugar con nuestros ojos de niños palabras que besar en los labios del otro, a pintar ternuras que dibujar en los ojos, en el cuello y en los senos del ser amado, a como payasos encender sonrisas y alma en los labios y hoyuelos de los demás. Buenos días.